miércoles, 29 de abril de 2009

Una Humanidad de Imbéciles

***Disclaimer: El siguiente post contiene ideas que podrían interpretarse como una mofa a dios, la religión católica o alguna otra ramificación de la fe cristiana. Si usted se considera creyente, ateo, nihilista, budista, musulmán, judío (de religión, por supuesto) o tiene poco sentido del humor, absténgase de leerlo. Si por el contrario, quiere pensar que dios es totalmente racional, continúe leyendo. Esto podría interesarle.***

En este momento estoy convencido que dios se está riendo de nosotros. Y lo digo tranquilamente, porque lo que hacemos no sería para menos. Aunque me confieso creyente de la evolución y escéptico hasta de porque madura la fruta, pienso que dios se encuentra sentado (dondequiera que esté) soltando carcajadas y lágrimas por lo que pasa en este mundo. Luego, se levanta y se da varios palmos en la frente, pensando lo estúpida que es esta civilización. Pero, ¿por qué habría de hacerlo? Vayamos por partes.

Vivimos en una era “tecnológica” (si por era entendemos unos 300 años). El ser humano ha logrado comprender el entorno lo suficiente como para transformarlo. Ha logrado analizar aquello que se encuentra en lo más profundo de los océanos, así como lo más lejano de nuestra galaxia. Hemos creado una aguja para atravesar una célula, así como una estación espacial en el espacio. Somos dueños de nuestro mundo, y lo entendemos lo suficiente como para ponerlo de rodillas frente a nosotros… ¿o no?

Cuando parece que el ser humano es omnipotente, que la civilización está llegando a su cúspide de evolución tecnológica y cuando la naturaleza parece mas rendida, aparecen un par de “detalles” de la naturaleza que el hombre SI conoce, pero no considera graves. Un par de líneas que juntas se vuelven lo suficiente como para acabar con todos los sueños de millones de personas. Un par de cositas que el hombre provoca, puede entender y enfrentar, pero que no lo hace por un motivo que no entiendo. Y esas cosas son las que nos tienen encerrados en nuestras casas hoy en día, indefensos como corderos esperando la llegada del rifle del cazador. Sólo que esta vez, el rifle fue hecho por nosotros.

Los seres humanos CONOCEMOS que es un virus y como funciona. Sabemos como hacer una vacuna contra él. Entendemos como viajan de agente en agente y como detener sus acciones. De igual forma, sabemos como se reproduce, como muta y donde muta. Y, sin embargo, estamos sentados palpando moscas usando métodos que, en el mejor de los casos, datan de mínimo unos 50 años. Pero, creo que hacen falta un par de ejemplos.

En el caso del reciente brote de influencia porcina (o swine flu) el ejemplo es muy claro. El uso indiscriminado de antibióticos, la falta de higiene y el mantener al ganado en condiciones poco adecuadas (por no llamarles infames) han creado un caldo de cultivo para que una nueva generación de virus y bacterias que son resistentes a las mismas sustancias que usamos para curar a nuestras preciosas vidas humanas. Este abuso no solo existe en este sector. De igual forma, los médicos acostumbran recetar antibióticos al primer estornudo. Si las amenazas empiezan a fortalecerse, será mucho más difícil “salvar” nuestra humanidad.

Tomando otro ejemplo menos manoseado por los medios, me refiero a la tuberculosis. Hoy en día, nos enfrentamos a nuevos microorganismos, mucho mas resistentes que los que habíamos enfrentado en épocas anteriores. Ya no es nada más la tuberculosis tradicional, ahora tenemos a la resistente a varios fármacos (MDR-TB) y la extremadamente resistente (XDR-TB). Los medicamentos descubiertos hace 50 años se han vuelto inútiles. Los costos de tratamiento pueden incrementarse hasta en 50,000 dólares por paciente y una tasa de supervivencia del 50%. Este organismo apareció al volverse más resistente a nuestras drogas, evolucionando de acuerdo a la selección natural.

Por otro lado, nuestra industria farmacéutica se encuentra en una etapa muy extraña. Si desarrollas la cura para el SIDA, los gobiernos del mundo aniquilarán tu patente para curar a millones de infectados. Si lo haces para la calvicie, ayudarás a muchos millones de personas, cobrando lo que quieras cuando quieras. No tengo interés alguno de defender a la mafiosa industria farmacéutica, pero me parece un poco tonto que le impongamos la responsabilidad social de encontrar las curas y al mismo tiempo destrozando el esquema de recompensas que le impusimos. Hoy en día es mucho más rentable vender medicamentos para la disfunción eréctil o el sobrepeso que para hacer frente al cáncer o al SIDA.

Dios se ríe de nosotros porque sabemos que nos amenaza, como lo hace y como detenerlo. Creamos una amenaza, jugando con leyes que sabemos perfectamente como se mueven. Sufrimos de un mal que mutó por nuestra culpa y nos preguntamos de donde proviene. Es bastante estúpido que día con día toleramos prácticas tontas, olvidando las leyes que descubrimos con tanto orgullo. Es como si buscáramos manipular la naturaleza como un sentimiento humano orgánico, que nos dará otra oportunidad si nos equivocamos o si hacemos algo perverso. Sin embargo, la naturaleza no perdona, y un virus nuevo no es un amigo que se sentará a escuchar nuestras excusas baratas. Es un producto de la naturaleza, que no medirá lo que hace o porque lo hace.

Dejo un par de links que sirvieron de inspiración a este post:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dios es racional.
sí.
...esto me recuerda a nietzche.
...me recuerdas al existencialismo alemán maiqk.

..la verdad es que a veces, siento que nuestra estupidez es racional.
es lo que comentabamos...

uno hace cosas racionales, por un motivo irracional.

aunque en este caso,del presente contexto:
se están haciendo cosas irracionales, aunque la motivación de hacerlas es racional.