El día de hoy, quisiera hablar de algo que pensé después de mi entrada en la que criticaba a Obama. Por el contrario, quiero dejar a un lado Obama y concentrarme en aquellos que lo llevaron al poder. Y estoy hablando de usted, votante registrado americano. Usted, que tiene la voz y el voto para llevarlo a él o a quien sea a la presidencia. Usted, que busca un "cambio". Usted, que es responsable de todo este asunto.
Para entrar al punto, pondré algo que encontré en el blog de Paul Krugman que me llamó la atención:
Shared responsibility
Barack Obama, 2009:
What is required of us now is a new era of responsibility - a recognition, on the part of every American, that we have duties to ourselves, our nation, and the world, duties that we do not grudgingly accept but rather seize gladly, firm in the knowledge that there is nothing so satisfying to the spirit, so defining of our character, than giving our all to a difficult task.
George W. Bush, 2000:
A hundred years from now, this must not be remembered as an age rich in possessions and poor in ideals.
Instead, we must usher in an era of responsibility.
Bill Clinton, 1993:
We must do what America does best: offer more opportunity to all and demand responsibility from all.
It is time to break the bad habit of expecting something for nothing, from our government or from each other. Let us all take more responsibility, not only for ourselves and our families but for our communities and our country.
Caray, aquí algo me empieza a hacer ruido. ¿Romper el hábito donde el ciudadano espera todo del gobierno? ¿Era de la responsabilidad? ¿Nueva era de la responsabilidad? No entiendo porque tres presidentes deben hablar de la era de la responsabilidad. Y no lo entiendo, porque siento hombres con perfiles tan contrastantes (Bush, Obama y Clinton) pareciera que hay un pequeño punto que les gusta tocar: la resposabilidad.
Y luego, empiezo a pensar: ¿quién uso esas tarjetas de crédito? ¿quién firmo esos cheques? ¿Quién tomó esas hipotecas? ¿Quién manejó irresposablemente sus finanzas?
Mi punto es el siguiente. El consumidor nunca es responsable de lo que ocurre en el mercado. Si un banco ofrece tarjetas de crédito sin límites, la culpa es del banco. Si una empresa otorga hipotecas a personas que no pueden pagar, es culpa de la empresa. Todos nos quejamos de que es culpa del gobierno por no supervisar lo suficiente a los mercados financieros (y es algo con lo que en parte estoy de acuerdo). Pero, ninguno de los que consiguió algo que no podía pagar fue responsable. Al contrario, usaron su voto para elegir un cambio de sistema. Un cambio de perspectiva.
Durante la crisis de 1995 en México, las tasas de interés se fueron al cielo. Los bancos, acreedores de estas deudas, se vieron con carteras vencidas imposibles de recuperar. El gobierno buscó solucionar este problema asumiendo estas deudas en algo llamado FOBAPROA (Fondo de Protección al Ahorro Bancario). Fuera de las payasadas políticas que circulan, indican una realidad fría y fea: ¿qué pasa con los que no pueden pagar?
Regresando al punto Obama/Bush, todo el mundo le echa la culpa al gobierno, a las empresas, etc. Pero nadie se voltea a ver a si mismo y preguntarse: ¿cómo manejo mi dinero? ¿qué tanto de esta crisis es mi culpa? Los banqueros hiciero muchas estupideces pensando que podrían diluir el riesgo al romperlo a través de la ingeniería financiera. Pero, el riesgo seguía ahí. Los que tomaron los créditos no iban a poder pagarlos. Entonces, ¿cuál es el problema?
El día de ayer, Obama se convirtió en presidente de los Estados Unidos. Debe enfrentar una crisis económica derivada de los malos manejos de bancos de inversión como Merril Lynch. En otras palabras, premiar al consumidor torpe que asumió un crédito que no podía pagar. Hay muchas críticas a los paquetes de rescate a las empresas financieras. Finalmente, el votante pide un cambio para que su situación mejore. ¿Qué porcentaje de esta ayuda realmente merece? ¿qué porcentaje de ayuda sigue la misma lógica que el banco de inversión mas corrupto?
Dejo algo para reír, a través del blog de Greg Mankiw:
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